Ser acogida es una experiencia maravillosa, es abrirle las puertas de tu hogar temporalmente a uno de nuestros rescatados para darle tiempo a recuperarse, a aprender a vivir en una casa, y a entender que es el principio de su nueva vida. El objetivo y la meta es decirles adiós, siendo un momento de celebración, y con cada despedida podemos darle la bienvenida a otro que lo necesite. Las casas de acogida son un pilar fundamental en la protectora, así que anímate.
En muchos casos, somos nosotros los que nos ocupamos económicamente si la situación en casa es complicada o si lo que requiere el animal es costoso, ya sólo con la ayuda de tenerlo en un hogar y creciendo correctamente es algo fantástico.